Por Estefani Abrego.
Los días de universidad con el tiempo se han convertido en una rutina, llena de anécdotas, vivencias y conocimientos. De aquel primer día de clases en la U ya ha pasado mucho tiempo, tanto que ahora faltan solo días para terminar la carrera técnica.
A lo largo de 3 años los conocimientos adquiridos han sido muchos, tan enriquecedores que ya han empezado a dar sus frutos, con empujoncitos extras, con el miedo a conocer un nuevo mundo y descubrir nuevas aventuras.
No ha sido ni será un camino fácil para nadie y menos si se estudia al mismo tiempo que una pandemia aqueja al planeta entero. Una de las partes más complicadas dentro de este proceso ha sido la irregularidad al recibir clases, esto provocado por diversas situaciones, pero sin duda el coronavirus causó un cambio radical en la forma de aprendizaje.
Si el proceso universitario es complicado, tener que vivirlo desde casa lo convirtió en algo aún más pesado y cansado, poniendo a prueba los conocimientos tecnológicos de los estudiantes y los docentes. Esto se convirtió en una de las grandes barreras de comunicación que pusieron a prueba no solo a estudiantes, también al mundo entero en general.
En cuanto a preparación, el ciclo de la universidad permite tener nuevos conocimientos y abrir la mente hacia diversos temas, teniendo una posición más clara y distinta al momento de analizar lo que está sucediendo alrededor.
Cursados 6 semestres de una carrera universitaria, la forma de pensar cambia y los propósitos también. Este largo periodo dentro de un mundo académico ha ayudado para que la preparación de los que desean conseguir nuevas oportunidades laborales sea buena y permita el desenvolvimiento adecuado sobre los diversos temas que se experimentan en un trabajo.
Este tiempo también es base fundamental para reflexionar sobre el futuro y en que tanta influencia tendrá en la vida lo que se realiza en el presente, en relación a los estudios muchas veces se espera que el final de la carrera universitaria sea ese salto que ayudara a por fin tener una oportunidad en el ámbito laboral en el que siempre se ha querido estar.
Sin embargo, esto en la mayoría de ocasiones no sucede, sobre todo porque al llegar a este final de ciclo no se cuenta con la experiencia necesaria que permite desarrollar los conocimientos que ya se poseen.
La propia universidad como tal aporta gran parte de esa preparación,
pero la persona debe buscar por su cuenta nuevas experiencias que nutran esos conocimientos adquiridos, esto proporcionará no solo nuevas vivencias, también ese proceso experimental que en un futuro será de gran ayuda.
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