Por Diego Reyes
Niños vacunados de primera dosis de pfizer en el S12 y población en general que necesita segunda dosis de Sputnik V pueden asistir al puesto de vacunación peatonal del Campus Central de la Universidad de San Carlos (USAC). En esta ocasión, un niño de 12 años, relata su proceso de vacunación.
Al despertar por la mañana sabía que hoy sería una fecha importante, luego de esperar 28 días desde que me colocaron la primera dosis de la vacuna Sputnik V se llegó la segunda dosis. Pasé mucho tiempo dudando si vacunarme o no, hay mucha desinformación al respecto, pero recuerdo que me puse a investigar y me dije a mí mismo, “Carlos, tenés que protegerte”.
Los lunes suele ser mi día libre, mi descanso coincidió con la fecha programada para finalizar el tratamiento anti covid, ya que, el 08 de noviembre tenía mi cita con la vacuna. Llegué a las 9:00 horas al Campus Central de la USAC de la zona 12, “Ay que recuerdos me trae la ‘U’, ya no te recordaba”, desde que me gradué de licenciado en Ciencias de la Comunicación en 2006, no pisé más esta casa de estudios.
La entrada me marcó mucho, frente a la rectoría había un señor posando para una foto junto a una señora que parecía ser esposa, ver eso fue muy emotivo, el hombre portaba con orgullo un título de la USAC, “¡Se había graduado!”, por su puesto no lo felicité porque me dio pena, pero sentí emoción al verlo.
No recordaba que las instalaciones del Campus fueran tan grandes, en el camino me topé a un chico que desde la entrada ya venía con el brazo destapado para recibir su vacuna, pasé por un pasillo enorme, “Este pasillo es como la ‘U’, mitad luz mitad oscuridad” y volví a toparme con mi viejo amigo el Iglú.
Caminé un sin fin de edificios en busca de mi objetivo y al final lo encontré, el centro de vacunación, colocado por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), que queda en el edificio S12 y se encuentra casi al final del Campus. El inmueble está identificado con un gran rotulo de color celeste que dice: “Centro de vacunación IGSS Covid-19”.
Al llegar al lugar, una chica de información me brindó lo que necesitaba para poder ingresar. “¿Usted viene por Sputnik”, me dijo, mi respuesta fue afirmativa, así que ella procedió a revisar mi constancia de vacunación y mi carné, al estar todo bien me dio una hoja donde yo autoricé que me coloquen la dosis.
Mientras esperaba sentado, por curiosidad me acerqué a la chica, cuyo nombre nunca supe, y le pregunté si había vacunas para menores en el lugar, esto me servía para decirle a mis familiares con niños que lleguen al sitio y la respuesta que recibí fue: “Dosis de Pfizer, para menores de edad, están agotadas a nivel nacional, pero aquí estamos colocando la segunda dosis en niños que se hayan vacunado en este centro (S12, USAC)”, me dijo.
Me entró la curiosidad y le pregunté del por qué vacunaban a quienes recibieron su primera dosis en el S12 y me dijo, “Como no hay en Guatemala, nosotros guardamos los anticovid de quienes recibieron la primera de Pfizer acá y así no se quedan sin su vacuna”. También me comentó que los menores que deseen ser vacunados, únicamente pueden llegar en compañía de sus padres porque los progenitores deben identificarse con el DPI y firmar la autorización de los menores.
Mi momento llegó
Había muy poca gente esperando por su dosis en el centro, al cabo de diez minutos esperando me dieron “luz verde” para entrar. Primero me apliqué alcohol gel en las manos y me tomaron la temperatura, luego pasé a un sitio donde unos doctores toman datos y preguntan a quien llega sobre temas de salud, esto sirve para hacer un cuadro médico de quienes se vacunan; al estar todo bien pasé al área de vacunación.
Frente a mí había un niño acompañado de su hermana y su madre, la hermana fue vacunada sin ningún problema, pero yo notaba al niño muy nervioso, la enfermera que lo atendió le habló y lo calmó, el niño en ningún momento soltó el brazo de su madre y me dije: “No cabe duda que no hay nada como el amor de una madre”. Esa escena me dio la fuerza para vacunarme, pero tuve un inconveniente, no me recordé que era mejor llegar con una camisa manga corta y asistí con una manga larga, por lo que, me tuve que quitar media camisa, pero todo salió bien.
El siguiente paso fue trasladarme al área de observación, ahí me recibieron mi carné y me colocaron la fecha en la que me colocaron la segunda dosis y así completé mi esquema. “El área de observación sirve para que la gente esté aquí por al menos quince minutos y podamos ver que no haya tenido ninguna reacción alérgica a la vacuna suministrada”, me comentó el chico que sellaba los carnés.
Pasaron los quince minutos y me pude ir tranquilo, mientras caminaba a la salida vi algo curioso, en el centro de vacunación del S12, hay un lugar llamado “ESAVI”, ese cuarto está destinado para que en el caso haya una emergencia médica con algún visitante, pueda recibir atención médica, en el lugar hay sofás para relajar y camillas con utensilios médicos para atender cualquier contratiempo.
Salí del lugar y pasaron solo 45 minutos desde que llegué, tuve suerte de haber encontrado mi vacuna y de haber hallado el lugar un tanto vacío para que todo fuera rápido. En este día vi una “U” muy sola y sin el espíritu de los estudiantes, quién diría que los que vamos por las vacunas somos sus nuevos visitantes.
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