Por Victor Matias
La Universidad de San Carlos de Guatemala es la encargada de alrededor de 200 mil estudiantes cada año, quienes forman parte del sistema de educación superior público que llegan ansiosos de adquirir conocimiento y aprendizaje a través de lo impartido por los y las catedráticas dentro de esta casa de estudios, pero que al ingresar a las aulas de la tricentenaria, ven la realidad del sistema educativo, pero sobre todo conocen la calidad docente que existe dentro del mismo.
Ante esto, el estudiantado aprende y conoce cómo es que a lo largo de los años el rol de algunos catedráticos ha dejado de ser el de enseñar y se vuelve el de manipular, polarizar, dividir y jugar a la politiquería dentro del campo universitario, para poder así mantener una plaza con un sueldo proveniente del Estado en un espacio donde hace de todo, menos educar.
Sin embargo, la universidad tiene mecanismos de apoyo ante la caída de la calidad educativa, mecanismos como los concursos de oposición que se encuentran estipulados en el capítulo 10 del Reglamento de la Carrera de Universitaria del Personal Académico que se pueden aplicar de una forma correcta conforme a lo estipulado.
Es así como en el artículo 59 del reglamento mencionado se estipula que: “El concurso de oposición es el proceso por medio del cual se evalúan objetiva e imparcialmente las habilidades, conocimientos, actitudes y méritos de los concursantes, con el fin de seleccionar al personal académico que prestará sus servicios en los programas de la Universidad de San Carlos de Guatemala”. Aunque para que se den los concursos de oposición se necesitan formar primeramente a los jurados de oposición.
Pero, esto no sucede, porque los representantes que llegan a la COMEVAL nunca tienen en su plan de trabajo los concursos de oposición, es más, a veces ni tienen conocimiento que pueden impulsarlos dentro de las unidades académicas desde este espacio. De tal forma que al realizarse este tipo de actividades los integrantes desconocen los procesos y como los desconocen no los promocionan.
Asimismo se cree que los estudiantes no tienen poder para opinar sobre la docencia universitaria y se tiene el estigma que a los docentes titulares no se les puede tocar o decir algo, cuando no es así porque los estatutos de la universidad señalan cuáles serán las consecuencias hacia los catedráticos que no cumplen con su deber.
Según la Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos de Guatemala existen normativas y procesos para poder trabajar los temas académicos como la calidad docente, dentro de las cuales se encuentran las sanciones que se tienen que imponer a los licenciados que tengan una nota “baja” frente a la Comisión de Evaluación Docente. Dichas sanciones según el artículo 101 pueden llegar a las de amonestaciones privadas o públicas, suspensión laboral por tiempo indefinido, remoción o despido del cargo.
Por ende, es incorrecto el pensamiento de no poder cambiar a los y las docentes que no realizan una buena labor, debido a que desde espacios como la Comisión de Evaluación Docente (COMEVAL) se puede incidir para remover y exigir licenciados capaces de brindar verdaderos cátedras para el alumnado.
Sucede que cuando se tratan de hacer elecciones para los jurados de oposición en ciertas unidades académicas siempre termina siendo una lucha, porque hay personajes a los cuales no les beneficia y satisface la idea de conformar un jurado de oposición que no vaya en línea con ellos porque eso significa que van a quitar el “hueso” del que se mantienen aferrados dentro de la universidad.
Un ejemplo claro es lo sucedido en el año 2017 en la Facultad de Derecho cuando se realizaban elecciones para la conformación de jurados de oposición después de 14 años, donde quedó electa la planilla No. 3 pero que al final debido a la administración no logró completarse este proceso.
Otro ejemplo más reciente se dio en la Escuela de Ciencia Política donde se impugnaron las elecciones para jurados de oposición frente al Consejo Superior Universitario, lo cual pausó el proceso y por ende generó un atraso para resolver la problemática de la mala docencia que existe dentro de la unidad académica.
Claro, tampoco hay que dejar de lado que el estudiantado también ha sido cómplice de la disminución de calidad docente a causa del conformismo, del pensamiento arraigado a pasar y ganar los cursos fácilmente aceptan a docentes sin conocimiento, sin experiencia, porque su clase es fácil, porque todos la ganan con él o ella, porque tiene buen físico, porque si pierdes la clase puedes llegar a un “arreglo”, etc.
Cabe resaltar que los procesos de comunicación y propaganda acerca de la COMEVAL se ven cortos, lo cual hace que las y los estudiantes se vean en el desconocimiento ante las funciones que dicho ente tiene que realizar a la hora de proceder ante las fallas que tiene el claustro de docentes.
A pesar de todo, la USAC se ha categorizado a lo largo de la historia para las personas como “la mejor universidad a nivel nacional”, “la tricentenaria”, “Grande entre las del mundo”, logrando así posicionarse en los puestos a nivel internacional y siendo alabada por los que no han experimentado las situaciones con los catedráticos en las unidades académicas.
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